ELISA GUZMÁN
Tal como os prometí, he aquí la protagonista de mi segunda novela.
ELISA GUZMÁN: veintiún años, valenciana, estudiante de inglés que viaja a Inglaterra.
Ésta es su voz:
"Aquella mañana desde el aeropuerto de Valencia, todo se veía tan diferente a cómo lo veo y a cómo te lo cuento ahora. Tenía tanto miedo, me sentía tan frágil, tan pequeña, que hasta creo que todo mi cuerpo comenzó a temblar por la ansiedad ante lo que me esperaría tras cruzar la puerta de embarque, cuando me viera sola, ante otro idioma, en otro país y lejos de los míos.
Recuerdo que el pánico me inundó por unos minutos en los que quise dar la vuelta y salir corriendo tras el coche de José Luis; la verdad, ahora que lo pienso, no sé qué fue lo que me detuvo ¿sería el destino?
Las voces en inglés comenzaron a multiplicarse, no entendía casi nada, y estrujé contra mi pecho un pequeño diccionario de viaje del que no me separé en ningún momento.
Crucé la puerta de embarque, eché una última mirada a los míos: mis padres me decían adiós con la mano, Inés me daba ánimos lanzándome besos, José Luis sonreía levemente. Tomé aire y miré hacia adelante.
Las cosas siempre pasan por algo y mi avión esperaba impasible por mí, al igual que al otro lado del mar, también lo hacías tú."
ELISA GUZMÁN: veintiún años, valenciana, estudiante de inglés que viaja a Inglaterra.
Ésta es su voz:
"Aquella mañana desde el aeropuerto de Valencia, todo se veía tan diferente a cómo lo veo y a cómo te lo cuento ahora. Tenía tanto miedo, me sentía tan frágil, tan pequeña, que hasta creo que todo mi cuerpo comenzó a temblar por la ansiedad ante lo que me esperaría tras cruzar la puerta de embarque, cuando me viera sola, ante otro idioma, en otro país y lejos de los míos.
Recuerdo que el pánico me inundó por unos minutos en los que quise dar la vuelta y salir corriendo tras el coche de José Luis; la verdad, ahora que lo pienso, no sé qué fue lo que me detuvo ¿sería el destino?
Las voces en inglés comenzaron a multiplicarse, no entendía casi nada, y estrujé contra mi pecho un pequeño diccionario de viaje del que no me separé en ningún momento.
Crucé la puerta de embarque, eché una última mirada a los míos: mis padres me decían adiós con la mano, Inés me daba ánimos lanzándome besos, José Luis sonreía levemente. Tomé aire y miré hacia adelante.
Las cosas siempre pasan por algo y mi avión esperaba impasible por mí, al igual que al otro lado del mar, también lo hacías tú."
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